RECIBIMOS Y PUBLICAMOS: Pacheco Zombie, qué hay detrás del candidato

La redacción de NOMASRADIO recibió una misiva con datos alusivos a la trayectoria del precandidato Pacheco Zombie. En el entendido de que la pluralidad representa un valor fundamental en la vida democrática, entiende pertinente transcribir lo fundamental de la misma.

Según el comunicado, Pacheco Zombie nació el 29 de Julio de 1998, como versión espiritista de Jorge Pacheco Areco. Su etapa terrenal culminó ese mismo día a los 78 años, tras una extensa trayectoria que lo llevó a la Presidencia de la República entre 1967 y 1972.

Escolares y liceales de fines de los ‘90 recuerdan su deceso, ya que al producirse un sábado desencadenó el consecuente Duelo Nacional durante el domingo posterior, siendo inútil a los efectos de perder un día de clase.

Durante su etapa post mortem se ha mantenido al tanto de la realidad gracias a Graciela Rompani, individuo en vías de momificación con el que se vinculó en cuartas nupcias.

Nació políticamente al calor de la militancia en la conservadora Lista 14 del Partido Colorado, sector desde el que se proyectó la Unión Colorada y Batllista (UCB). Antes de ser electo vicepresidente de la República por la UCB en los comicios del ’66, fue diputado y redactor responsable de El Día. El fallecimiento del presidente Oscar Gestido le entregó la primera magistratura.

Ya en el gobierno, tomó en cuenta varios aspectos de la técnica boxística para conducir a un país que sufría la crisis económica y la polarización antecesoras del último golpe de estado.

Pese a fracasar en su intento reeleccionista de 1971, fue impulsor y conspicuo colaborador del proceso cívico militar: no dudó en apoyar el “Si” en el plebiscito de 1980 ni en encabezar más de una Embajada uruguaya.

Al final de la etapa terrenal, su perfil de estadista sufrió una evolución inversamente proporcional a la de sus esfínteres. Pese a ser vencido por ambos entre 1984 y 1994, sus parlamentarios dieron gobernabilidad a los presidentes Julio María Sanguinetti y Luis Alberto Lacalle. Y acaso sea esa la síntesis perfecta de su firmeza humana, de su salvaje ternura. La que cautivó a miles de amas de casa, policías y militares uruguayos durante casi treinta años. La que hoy representa la esencia de su propuesta electoral.