Ganó el Partido Nacional, perdieron los paradigmas

Los resultados de la pasada elección, donde se elegía un candidato único por partido para las elecciones nacionales de octubre, arrojaron dos conclusiones categóricas: la primera es que creció el índice de popularidad del Partido Nacional, y la segunda es que el pueblo uruguayo es una gran mentira en lo que refiere a su vida de participación y cultura democrática.

Cuerpo Electoral
Tan solo el 44% de los habilitados a ejercer la “voluntad cívica” son los que se acercaron a las urnas. Inútil es el esfuerzo de la Corte Electoral por ponernos un circuito que nos quede en el barrio, cerca de nuestras casas. Intentando juntarnos con los ex compañeros de clase, y porque no, con ese amor imposible de la escuela que no nos dio pelota, y que ahora su saturada humanidad se desborda de sus prendas dada la ingesta desproporcionada al comer como una escofina.
La mejor cultura cívica de América Latina nos demostró que solo había que ponerla a prueba para que nos defraudara. Era solo quitar la multa por la no asistencia y agregarle frío, casi ni lluvia se precisó. Es otro mito que se cae en el momento preciso en que uno se jacta de su existencia. Ya nos pasó con el “Chino” Recoba, Alberto Olmedo y el Airbus 300.

Partido Nacional
En tiendas blancas todo es algarabía, crecen los índices de popularidad y las uniones entre los candidatos, conforme se va achicando Carlos Julio Pereira como ser humano.
Es que el Partido Nacional se acerca a una hazaña propia de una institución con historia y mucha cintura política, conforme Carlos Julio Pereira se aleja de algo tan querido como lo es la vida misma.
La figura de Luis Alberto Lacalle crece y la ciudadanía pierde la memoria sobre los casos de corrupción que han rodeado al ex presidente, conforme Carlos Julio Pereira también pierde la memoria y se va olvidando de vivir.


Frente Amplio
El frente es el gran derrotado en los comicios, algunos dicen que es por la baja votación, otros porque no puso gran empeño en hacer campaña, los últimos simplemente piensan que es porque había que votar entre un viejo que no tira una propuesta ni aunque lo amenacen con un baño tibio y otro que maneja propuestas sólidas, pero le faltan dos clases para aprender a tocar el arpa.
Muchos dicen que tanto Mujica como Astori tendrán que juntar fuerzas para enfrentar las elecciones nacionales. Deberán conformar algo así como un superhéroe de izquierda que por un lado tenga olor rancio y mal aliento mezclado con perfume francés. Que pueda hablar con las principales figuras políticas del mundo, pero en La Pasiva. Y, sobre todo, a alguien dispuesto a endeudarse con el FMI y otro que… ¿también?


Partido Colorado
Partidos con menos de 15% de votos no comentamos
Las disculpas del caso.

Partido Independiente
Partidos con menos de 15% de votos no comentamos
Las disculpas del caso.

Si bien los índices generales y los sondeos de moda indican que la popularidad del frente se mantiene estable (cerca de la mitad del cuerpo electoral). Los votos “prestados” en la pasada elección por algunos conservadores al frente Amplio, los cuales no ven con satisfacción el desempeño del gobierno, seguramente retornen a los respectivos candidatos blancos y colorados. Si hablamos de prestar entonces, se puede decir que la moral frentista se tuvo que prestar un rato a una ética ideológica más amplia, donde los factores de luchas del pasado se vuelven las necesidades del presente. Pero siguiendo con los préstamos, por otro lado hablamos de alguien que, mientras fue presidente, prestó el futuro de la industria nacional a inversores extranjeros y la seguridad bancaria a sus amigos. Ni hablar del que defiende a su padre, el cual prestó la democracia por un par de años, también a sus compinches .